El arte del sabotaje en los torneos de blackjack
 Recientemente me invitaron en un casino a jugar un torneo de Blackjack, mi estrategia en torneos digamos que estaba en progreso. Había jugado alguno en el pasado y siempre me había divertido por lo que decidí jugarlo.
La estructura del torneo era muy buena. Cada jugador comenzaba cada serie con 5.000 puntos, y se jugaba una ronda preliminar. El jugador de cada mesa que tuviese más fichas después de 25 manos avanzaba a las semifinales. En las semifinales, el jugador de cada mesa con más fichas después de 25 manos pasaba a la mesa final. En la mesa final, todos estaban ya en premios; El jugador con el mayor número de fichas tras 25 manos ganaba 5.000$ en dinero real.
Iba muy bien en la fase preliminar. Otros dos jugadores y yo íbamos muy igualados en las últimas manos. En una de las manos una mujer que iba bien de fichas se pasó y lo perdió todo, mientras yo había apostado la mayoría de fichas y tenía Blackjack lo que hacía que me pusiese como primero.
En la siguiente mano mi adversario lo apostó todo para poder vencerme. Sus cartas sumaban 14 y el crupier tenía un A. Ella no tenía prácticamente opciones de ganar, se me paró la respiración. Ella pasó, y el crupier sacó un 9. ¡Pasé a la semifinal!
Fui el finalista de mi mesa con tan solo 2.700 puntos. Todos se habían jugado todas sus fichas y las perdieron.
Mi ronda de semifinales fue de lo más memorable.
Muchas estrategias de torneos recomiendan a los jugadores comenzar con un juego muy conservador. La mayoría de los jugadores que estábamos en mi mesa, no éramos muy conservadores, pero tampoco fuimos muy agresivos. Comencé apostando de 700 a 900 puntos por mano y las cartas me acompañaron. Los blackjacks no paraban de salir y en pocas manos me doblé. En unas pocas manos le sacaba a todos mis oponentes más de 4.000 puntos. Los otros jugadores tenían que hacer algo para alcanzarme, en ese momento decidí divertirme viendo como mis oponentes arriesgaban al máximo.
Comencé a jugar tranquilo, apostando menos que mis adversarios y esperando que perdiesen sus fichas. Apostaba el mínimo que eran 100 mientras que mis oponentes apostaban 1000 o 1500 puntos tratando de superarme en fichas. No me importaba mucho ganar o perder cuando apostaba solo 100 puntos. Si los otros perdían, aumentaba mi ventaja. En una mano tenía 16 y el crupier tenía 6. En una mano normal, a nadie se le ocurriría pedir en esa situación, pero como iba muy por delante decidí pedir carta. Por supuesto, me pasé con 26.
Resulta, como yo esperaba, que al pedir carta, me quedé la carta con la que se hubiese pasado el crupier y "saboteé" la mano. Si hubiese pasado en esa mano y no hubiese pedido carta, el crupier se hubiese pasado y todos hubiesen ganado. De esta forma, el crupier consiguió 20 y les ganó a todos. Todos mis oponentes perdieron y me lanzaban miradas como cuchillos.
A la siguiente mano, yo tenía un 11 frente a un 6 del crupier. De nuevo, yo había apostado solo 100 puntos, yo estaba más pendiente de que perdiesen los demás que de ganar yo mismo. No doblé la mano. Decidí quedarme con el 11. Una J le dio al crupier 21 y de nuevo todos perdieron. Yo tenía 9.000 puntos y todos en la mesa a esas alturas me odiaban.
En ese punto, tenía una gran ventaja frente a todos mis rivales. El resto de la sesión estuve prácticamente paseándome. Gané la sesión con 11.000 puntos y entré en la mesa final, pero antes tuve que aguantar todos los insultos de uno de mis adversarios.
"Nunca he visto a nadie jugar de esa forma"
"¿Cómo? ¿Estas hablando de la mano del 16 contra el 6?"
"Si, Fue realmente sucio. ¡Realmente sucio!, ¿no juegas mucho verdad?"
"Juego todos los días"
"Te pegarían en una mesa normal si juegas así"
"Por supuesto, pero yo nunca jugaría así en una mesa normal"
Para ser justos, permitirme recalcar que la técnica del "sabotaje" no siempre funciona, al menos no a largo plazo. Cualquier jugador de Blackjack sabe que al aplicar esta técnica puedes tanto perjudicar a tus oponentes como perjudicarte a ti mismo. Un hecho triste es que la mayoría de jugadores de Blackjack son muy supersticiosos, pedir la carta con la que se pasaría el crupier, es una de las manías que tienen. Así que la idea de "sabotear" manos, es simplemente una artimaña psicológica.
Si juegas tranquilo y tratas de cambiar el orden de las cartas muy a menudo no te saldrá como esperabas. Al igual que puedes hacer que todos tus rivales pierdan en una mano que tenían ganada, puedes hacer también que todos tus rivales ganen en una mano que tenían perdida.
Una observación, este tipo de técnicas puede sacar de quicio al jugador más disciplinado. Muchas veces, como pasó este día en particular, provocas que tus oponentes se enfaden y apuesten más agresivamente de lo que deberían, lo que hace que al final acaben perdiendo todas sus fichas.
Por si te lo estás preguntando, terminé quinto en el torneo.
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